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Cuanto me encanta el momento antes de quedarme dormida.. sobre todo cuando tengo mucho sueño y los pensamientos empiezan a entremezclarse y desdibujarse... En esos segundos predecesores del sueño, la necesidad fisiológica del cuerpo es tan poderosa que anula la importancia de cualquier asunto tonto que horas antes nos preocupaba y que de repente se evapora, liberando nuestra mente en esas horas de descanso. Es cierto que hay sufrimientos y problemas que son duros, y no se pueden olvidar tan mágicamente, nuestra humanidad no nos deja hacerlo. o tal vez si? ...podemos probar y respirar profundo y dejar que el cuerpo hable y mande. Dormir, imaginando que somos bebés puros e inocentes sin nada que temer, sin nada que buscar.. Soñar y volar por otros mundos oníricos... Por unas horas no ser nadie..no tener nombre, ni hipotecas ni dolores. Solo descanso, disfrutando de uno mismo y de nuestros sueños.. y de la nada... y.. Z Zz Z zzz